Yeison Sánchez estaba preparado para morir cuando emprendió su viaje a Ucrania. Este soldado retirado del ejército colombiano, de 31 años, había comprado un seguro de repatriación y había avisado a su familia de su posible destino fatal en la guerra contra la invasión rusa. Su motivación principal fue el dinero. Veía videos en TikTok de compatriotas que prometían que como voluntario del ejército ucranio recibiría 19 millones de pesos (unos 4.300 dólares) al mes. Así que ahorró cerca de 2.300 dólares para tomar un vuelo de Bogotá a Madrid, otro de allí a Polonia y, finalmente, cruzar a Ucrania por tierra para enlistarse en un conflicto ajeno.