Cuando el sábado pasado las balas silbaron peligrosamente cerca de la cabeza Donald Trump, Vince Fusca estaba allí, entre el público que seguía la intervención del expresidente desde las gradas colocadas a su espalda. Este lunes, día en que Trump hizo una reaparición triunfal en la Convención Republicana con la oreja izquierda vendada tras el ataque, Fusca paseaba con su inconfundible sombrero de ala corta entre los expositores del evento, que se celebra hasta el jueves en Milwaukee.