En el turbulento mundo de los negocios, las fortunas opacas y los vínculos con el narcotráfico, en ocasiones, van de la mano. Un caso que despierta interrogantes y alimenta rumores es el de la familia Rujano Garófalo, originaria del estado Táchira en Venezuela.
Si bien gozan de una posición económica privilegiada, con empresas e inversiones que se extienden más allá de las fronteras venezolanas, algunas voces susurran que su ascenso meteórico podría estar ligado al extinto narcotraficante colombiano José Guillermo Hernández Aponte, alias “Ñeñe” Hernández.
En el ojo del huracán se encuentra Vicente Rujano Garófalo, quien ha tejido una compleja red empresarial que ha llamado la atención de algunos. Una de sus primeras incursiones en el mundo empresarial fue a través de Inversiones Ganapanam. Esta empresa, según fuentes consultadas, fue objeto en Venezuela de investigaciones por parte de la Advertisement Comisión Nacional de Administración de Divisas (CADIVI), por el manejo de 14 millones de dólares que recibió en el año 2014.
Ese mismo año, el Centro Nacional de Comercio Exterior (CENCOEX), entidad estatal otrora encargada del otorgamiento de Divisas preferenciales y sucesora de CADIVI, colocó bajo la lupa a Importaciones Ganapanam C.A. como parte de una supervisión regular a empresas que se beneficiaron de divisas preferenciales. reveló Ciudad Gótica News
.Ese mismo año, el Centro Nacional de Comercio Exterior (CENCOEX), entidad estatal otrora encargada del otorgamiento de Divisas preferenciales y sucesora de CADIVI, colocó bajo la lupa a Importaciones Ganapanam C.A. como parte de una supervisión regular a empresas que se beneficiaron de divisas preferenciales.
La familia Rujano Garófalo, un apellido que resuena en el ambiente empresarial del Táchira, no solo destaca por sus negocios en Venezuela, sino también por su presencia en la vecina Colombia. Su influencia se extiende al manejo del matadero de reses en La Fría, una ciudad fronteriza que abastece tanto al mercado venezolano como al colombiano.
Gisela Garófalo de Rujano y Waldo Rujano El patriarca de la familia, Waldo Rujano Mora, junto a su esposa Gisela Garófalo Contreras, han visto crecer el imperio familiar. Andrea Rujano Garófalo, hermana de Vicente y médico esteticista, también juega un papel importante en los negocios familiares. Su clínica de trasplante capilar, «Capil Clinic», ubicada en la capital tachirense, San Cristóbal, es solo una muestra de la diversificación de sus intereses.
El patriarca de la familia, Waldo Rujano Mora, junto a su esposa Gisela Garófalo Contreras, han visto crecer el imperio
familiar. Andrea Rujano Garófalo, hermana de Vicente y médico esteticista, también juega un papel importante en los
negocios familiares. Su clínica de trasplante capilar, «Capil Clinic», ubicada en la capital tachirense, San Cristóbal, es solo
una muestra de la diversificación de sus intereses.
Vínculos opacos y un imperio trasatlántico
Las habladurías en los mentideros tachirenses y colombianos señalan a José “Ñeñe” Hernández, controvertido
narcotraficante colombiano, como el posible origen de parte de la bonanza económica de los Rujano Garófalo.
Hernández, quien también mantenía nexos con el narcotraficante Marquitos Figueroa, encontró un trágico final en mayo
de 2019 cuando fue asesinado en Brasil, durante un supuesto robo. Sin embargo, la sombra de la duda se cierne sobre
este suceso, debido a la larga lista de enemigos que Hernández acumuló a lo largo de su turbia trayectoria.
Curiosamente, la familia Rujano Garófalo posee la Finca Villa Cecilia, en Piedecuesta, municipio colombiano situado a
pocos kilómetros de Bucaramanga, en el departamento de Santander. Esta localidad también albergaba una de las
propiedades de Hernández, quien tenía un especial interés en esta región colombiana. Los rumores sobre una posible
sociedad entre el narcotraficante y la familia venezolana se han extendido como la pólvora, siendo alimentados por
nuevas evidencias de la proximidad de los Rujano con «Ñeñe» Hernández. La Finca Villa Cecilia, se ubica a cerca de 18
km al sureste de Bucaramanga.
Para manejar sus asuntos financieros, la familia Rujano Garófalo recurre a una testaferro conocida como «Yurley», según indican antiguos moradores de Bucaramanga. Este personaje opera como el rostro visible de algunos negocios, mientras los verdaderos propietarios permanecen en la sombra. Se presume que estas actividades esconden un sofisticado esquema financiero, con cuentas bancarias en Panamá, específicamente en las entidades bancarias Banesco Panamá y Mercantil Banco Panamá.
La ambición de Vicente Rujano Garófalo lo ha llevado a traspasar fronteras. Entre 2013 y 2019, junto a su padre Waldo, su hermana Andrea y el abogado venezolano Germán De Jesús Rincón Montilla, oriundo del estado Táchira, registró alrededor de 60 empresas en Florida, Estados Unidos. Entre estas compañías figuran R&R Global Services Corp, Capacho Llc, Helechales Llc, Chururu Llc, Andrevi Corp, Abejales Llc, Minka Holdings 1 Llc, Rodecia Investments Llc, R&R Pet Foods Corp, Potreros Llc y Lagrita Llc. Resulta llamativo que varias de las empresas, como Capacho Llc, Orope Llc, Lagrita Llc o Bocono Llc, entre otras, llevan nombres que evocan localidades del estado Táchira o estados vecinos.
La presencia de la familia Rujano Garófalo en Florida se extiende más allá de Vicente y su padre. Su esposa, Greidaly Rubio Jurado, también figura en algunas de las empresas registradas en el estado. Asimismo, Germán De Jesús Rincón Montilla, además de socio, funge como una especie de administrador para las propiedades de la familia, encargándose de la gestión administrativa y el mantenimiento de los inmuebles. La dirección de residencia de Germán Rincón Montilla en Miramar aparece asociada a algunas de las empresas de la familia Rujano Garófalo, lo que sugiere una estrecha relación entre ambos.
La red de colaboradores de la familia Rujano Garófalo en Florida se extiende incluso a la esposa de Germán Rincón Montilla, la abogada venezolana Fanny Suárez Prato. Tanto ella como su esposo han actuado como agentes residentes de algunas de las empresas de los Rujano, consolidando aún más los lazos entre ambas familias.
Las actividades empresariales de la familia Rujano Garófalo no se limitan al sector inmobiliario. En Venezuela, poseen alrededor de 10 fincas ganaderas que les generan importantes ingresos. Además, son dueños de Disprogata C.A., una empresa ubicada en Coloncito, estado Táchira, que produce y exporta snacks para perros, elaborados con órganos de res y cerdo. Sus productos, que llegan a puertos de Estados Unidos como Port Everglades en Fort Lauderdale, Florida, o incluso Texas y Nueva York, son comercializados a través de R&R Pet Foods Corp, otra empresa bajo el control de la familia Rujano.
Los viajes de Yépez a España, parecen explicar el interés que ha tenido Rujano, de pasar largas temporadas también en territorio español, tal parece que con el fin de mantenerse alejado, junto a Yépez, de las miradas indiscretas en Venezuela o Colombia y así poder continuar adelante la relación entre ambos, mientras disfrutan de los placeres de la vida .
Según relatos de antiguos vecinos de San Cristóbal, Rujano ha llegado incluso a regalarle a su pareja extramarital una lujosa casa en esa ciudad, un gesto que habla volúmenes de la profundidad de su interés por ella.
En el año 2005, la Contraloría General de Venezuela emitió una resolución contra el abogado Germán de Jesús Rincón Montilla, quien fue sancionado por incurrir en prácticas irregulares durante su desempeño como Adjunto al Consultor Jurídico en el Banco de Fomento Regional Los Andes (BANFOANDES) El punto central de la controversia se remontaba al ejercicio fiscal de 1999, cuando Rincón Montilla, ostentando el cargo de Adjunto al Consultor Jurídico de BANFOANDES, celebró un contrato con la misma institución estatal para la que laboraba, para prestar servicios profesionales.
Específicamente, se le contrató, de manera paralela, para la defensa del banco en un juicio por saneamiento iniciado por la sociedad mercantil Técnicos de Concreto S.A. (TECONSA) el 26 de octubre de 1998. El contrato en cuestión, firmado el 25 de agosto de 1999, involucraba no solo a Rincón Montilla sino también a otros abogados.
La Junta Directiva de BANFOANDES había aprobado esta contratación mediante una resolución fechada el 13 de agosto de 1999, estableciendo como honorarios un monto equivalente al cinco por ciento (5%) del valor de la demanda. La Contraloría General determinó que esta contratación violaba directamente el artículo 124 de la Constitución de la República vigente en ese momento, que prohibía explícitamente a los funcionarios públicos celebrar contratos con las entidades a las que servían.
Esta prohibición se mantuvo en el artículo 145 de la Constitución de 1999, reforzando la continuidad de este principio ético en la administración pública venezolana. La conducta de Rincón Montilla fue considerada como una infracción al numeral 5 del artículo 113 de la Ley Orgánica de la Contraloría General de la República, vigente en el momento de los hechos.
Posteriormente, esta infracción encontró su equivalente en el artículo 91, numeral 4, de la Ley Orgánica de la Contraloría General de la República y del Sistema Nacional de Control Fiscal. El 20 de diciembre de 2004, la Contraloría General declaró la responsabilidad administrativa de Rincón Montilla.
Esta decisión se basó en la evidencia de la contratación irregular y la clara violación de las disposiciones constitucionales y legales vigentes. Considerando la gravedad de la falta cometida y el daño causado al patrimonio público, la Contraloría General resolvió imponer a Germán de Jesús Rincón Montilla una sanción de suspensión del ejercicio de cualquier cargo público por un período de seis meses, sin goce de sueldo.
Tras la sanción, Rincón Montilla y su esposa, Fanny Suárez Prato, estuvieron dedicados, en conjunto, al libre ejercicio del derecho en el estado Táchira. El abogado Germán De Jesús Rincón, quien cuenta con ciudadanía estadounidense, además, es quien se encarga de recibir en los Estados Unidos, fondos enviados por los Rujano Garófalo desde Panamá, y de canalizar otros fondos de la familia Rujano entre Suiza y Estados Unidos.
Hernández había sido objeto de tres atentados fallidos contra su vida. Las autoridades colombianas lo investigaban por varios delitos, incluyendo un homicidio en 2011, del que se sospechaba su autoría intelectual.
Las interceptaciones de sus conversaciones telefónicas revelaron vínculos con el narcotráfico y lavado de activos. Se cree que Hernández estaba involucrado en la red de narcotráfico de Marquitos Figueroa en Brasil, y que había delegado el manejo de esta red después de la detención de Figueroa en 2014.
Hernández también fue señalado de financiar la campaña presidencial de Iván Duque en 2018, lo que generó un gran escándalo político conocido en Colombia como la «Ñeñepolítica». Sin embargo, se encontraron grabaciones telefónicas que sugerían la compra de votos para Duque en la región de La Guajira y César.
En junio de 2019, las autoridades colombianas aplicaron extinción de dominio a sus propiedades, que incluían fincas, estaciones de combustible, establecimientos comerciales, sociedades relacionadas con hidrocarburos, inmuebles, y vehículos, valorados en más de 2 billones de pesos colombianos.
José Guillermo «Ñeñe» Hernández era sospechoso de estar involucrado en el asesinato de Óscar Eduardo Rodríguez Pomar, hijo del sastre Carlos Eduardo Rodríguez, según varias pruebas y testimonios. Deuda con Carlos Rodríguez: Hernández tenía una deuda de 2.000 millones de pesos con Carlos Rodríguez, el padre de Óscar Eduardo Rodríguez Pomar.
Los sicarios de Marquitos Figueroa, condenados por el crimen, confesaron que Hernández recolectó 200 millones de pesos para pagar por el asesinato de Carlos Rodríguez, pero en lugar de eso, mataron a su hijo Óscar Eduardo por confusión. Los testimonios coincidieron en que el crimen se ejecutó para saldar la deuda con Carlos Rodríguez. Rodríguez Pomar era un joven de 29 años que fue asesinado el 18 de agosto de 2011 en el norte de Barranquilla. Su padre, Carlos Eduardo Rodríguez, era un sastre y prestamista con quien «Ñeñe» Hernández tenía una deuda pendiente.
«Ñeñe» Hernández llegó a fotografiarse con varios políticos y figuras públicas en Colombia. Algunos de ellos fueron el expresidente Álvaro Uribe, el entonces presidente Iván Duque, María Claudia Daza (asesora personal del expresidente Álvaro Uribe y quien apareció en conversaciones telefónicas con «Ñeñe» Hernández), Nubia Stella Martínez (exdirectora del partido Centro Democrático), los generales Adolfo Hernández y Ricardo Restrepo, entre otros.
Las fotos y conversaciones telefónicas reveladas generaron un gran escándalo político en Colombia, relacionado con la supuesta financiación de la campaña presidencial de Iván Duque con dinero del narcotráfico.
El vínculo entre «Ñeñe» Hernández y Pacheco Pérez no se limitaba a un simple interés común por el ganado. La muerte de Hernández, acaecida el 2 de mayo de 2019, desató una ola de condolencias en redes sociales, entre las que destacaba un sentido mensaje de Pacheco Pérez. Las palabras de Pacheco, acompañadas de una fotografía donde ambos personajes compartían sonrisas en un encuentro pasado, reflejaban una cercanía que iba más allá de la simple cortesía.
Un video de aquella fiesta de 2016 revelaría la camaradería que existía entre ambos hombres. En la grabación, se podía apreciar a Hernández, en un gesto de evidente confianza, acariciando el cabello y sosteniendo su mano sobre la cabeza de Pacheco mientras le dirigía unas palabras que se perdían entre la música de Villazón. La escena, impregnada de risas y euforia, mostraba a ambos ganaderos en un estado de visible embriaguez. En un momento de la celebración, Pacheco llamó al propio Villazón para inmortalizar el encuentro con una fotografía, la cual se convertiría en un testimonio gráfico de la relación que ambos hombres habían forjado.
La congoja de Pacheco Pérez por la muerte de su «vecino», como él mismo se refería a Hernández, no fue un sentimiento aislado. En sus mensajes de condolencias, Pacheco dejaba entrever que la tristeza embargaba también a otro personaje cercano a Hernández: Vicente Rujano Garófalo. Este detalle cobraba relevancia al destaparse la estrecha relación que ha unido a Rujano con el mundo de la ganadería y, en particular, con «Ñeñe» Hernández.
Sin embargo, la sombra de «Ñeñe» Hernández se extiende también sobre la familia de Vicente Rujano. Un año antes del trágico final de Hernández, un evento empresarial sacó a la luz, en agosto de 2018, la estrecha relación entre ambas familias. Se trató de una campaña publicitaria de Carnes Grin, una empresa colombiana dedicada a la comercialización de carne procesada con sede en Bucaramanga. Lo que en principio parecía un evento más en el sector cárnico colombiano, escondía un detalle revelador: María Mónica Urbina, esposa de «Ñeñe» Hernández, hacía acto de presencia para promocionar la marca, sosteniendo en su mano un empaque de Carnes Grin.
Acompañando a Urbina en esa promoción, se encontraba Juan Felipe Pacheco y, en un gesto que no pasó desapercibido, Waldo Rujano, padre de Vicente Rujano. Este último, que cuatro meses antes había cumplido su libertad condicional en Estados Unidos por conducir bajo los efectos del alcohol, reaparecía públicamente junto a la esposa de «Ñeñe» Hernández, en una clara muestra de la cercanía existente entre ambos entornos. Las fotografías de aquel evento no dejan lugar a dudas: La esposa de «Ñeñe» Hernández, con una amplia sonrisa, posaba junto a Pacheco y Waldo Rujano, quien a su vez abrazaba a una joven no identificada.
En otra instantánea, Urbina y el padre de Vicente Rujano aparecen solos, sonrientes y rodeados de productos de Carnes Grin. La presencia de la esposa de «Ñeñe» Hernández en la promoción de una marca vinculada a Waldo Rujano y su familia, abre un interrogante sobre la verdadera naturaleza de la relación entre ambos grupos familiares.
Las sospechas sobre la relación entre Carnes Grin y el círculo de Rujano no son infundadas. Las representantes legales de Carnes Grin S.A.S., la sociedad que controla la marca, son: Tamaithi Ocampo Hevia, ciudadana colombovenezolana, y Diana Yurley Arenas Rueda, contadora colombiana, quienes mantienen una relación de subalternidad para con los Rujano. Según lugareños de Bucaramanga, ambas mujeres fungirían como testaferros de los Rujano Garófalo.
La vinculación empresarial entre Tamaithi Ocampo Hevia y la familia Rujano Garófalo trasciende las fronteras
colombianas. En Panamá, operan la sociedad Global Enterprise Wavg, Inc., una compañía en la que Ocampo Hevia
ocupa el cargo de directora. Lo llamativo de esta empresa es la composición de su junta directiva: Andrea Paola Rujano
Garófalo, hermana de Vicente Rujano, figura como presidenta, mientras que Gisela Coromoto Garófalo de Rujano, madre
de Vicente, ocupa el puesto de directora.
La presidencia de Track Industries, S.A. estaba en manos de Daniel Gerardo Sánchez Hevia, un ciudadano venezolano originario del estado Táchira, al igual que la familia Rujano.
Este entramado de empresas, con ramificaciones en Colombia y Panamá, despiertan ahora serias dudas sobre el origen de los fondos y las actividades que se esconden tras la fachada empresarial. La incógnita sobre la relación entre «Ñeñe» Hernández, su esposa, y la familia Rujano Garófalo permanece latente.
La participación de María Mónica Urbina en la promoción de Carnes Grin, marca vinculada a los Rujano, y la presencia de Waldo Rujano junto a la esposa del narcoganadero, en dicho evento, evidencian un vínculo que parece ir más allá de la simple cortesía. ¿Qué tipo de negocios o intereses comunes han podido unir a un narcoganadero con un clan familiar venezolano envuelto en una red de empresas opacas? Las dudas persisten: ¿Por qué María Mónica Urbina se prestó para promocionar Carnes Grin, una marca vinculada a la familia Rujano Garófalo, justo cuando el nombre de “Ñeñe” Hernández comenzaba a sonar con fuerza en los círculos judiciales? La respuesta, al menos públicamente, sigue siendo un misterio.
La extraña coincidencia de las relaciones empresariales y familiares, y la opacidad de algunos negocios, generan más preguntas que respuestas. La pregunta sobre hasta qué punto la fortuna de los Rujano Garófalo se benefició de su relación con «Ñeñe» Hernández, sigue sin respuesta. Sus negocios, que se extienden desde Colombia hasta Estados Unidos, pasando por Venezuela y Panamá, plantean serias dudas sobre la legalidad de sus operaciones.
La sombra de la sospecha se cierne sobre el imperio empresarial de los Rujano, mientras que la figura de «Ñeñe» Hernández sigue presente, como un fantasma que recuerda los oscuros vínculos que se tejen en el mundo empresarial y ganadero colombiano.
Mientras tanto, Juan Felipe Pacheco, el amigo y «vecino» de «Ñeñe» Hernández, continúa también con sus actividades ganaderas en su Hacienda La Magdalena. Miembro activo de la Asociación Colombiana de Criadores de Ganado Cebú (Asocebú), Pacheco participa en expoferias, exhibiciones, competencias y otros eventos ganaderos en Colombia, Venezuela, Estados Unidos – en Texas – e incluso Emiratos Árabes Unidos, siempre buscando expandir sus horizontes empresariales.
A pesar de su aparente éxito en el mundo ganadero, Pacheco ha arrastrado en años recientes un historial de deudas y demandas interpuestas por entidades bancarias como el Banco Itaú Colombia, Banco Davivienda y Scotiabank Colpatria, además de varios litigios con particulares.
Estos problemas financieros han llevado al embargo de algunos de sus activos, lo que contrasta con su imagen de próspero empresario ganadero. La figura de Pacheco, al igual que la de los demás personajes de esta historia, se mueve en una delgada línea entre el éxito empresarial y la sombra de la sospecha.
Las demandas interpuestas contra Pacheco por entidades financieras plantean también interrogantes sobre la salud financiera de sus negocios. ¿Están estas deudas relacionadas con sus actividades ganaderas o responden a otros intereses ocultos tras la fachada de Agropecuaria La Magdalena AGB y sus demás compañías? Los Rujano Garófalo parecen haber tejido una red empresarial opaca que se extiende desde Venezuela hasta Estados Unidos, pasando por Colombia.
Si bien no existen pruebas concluyentes que los vinculen directamente con actividades ilícitas, la sombra de la sospecha se cierne sobre el origen de su fortuna. Las autoridades deberán investigar a fondo si detrás de este imperio empresarial se esconde una compleja trama de lavado de dinero proveniente del narcotráfico o de ilícitos cambiarios.