Los violentos ataques de las disidencias de las extintas Farc durante esta semana consolidan la seguridad como la gran preocupación de los colombianos de cara a las elecciones de 2026. El asesinato de 13 policías en Amalfi, Antioquia, tras la explosión de un helicóptero antinarcóticos, y la fatal muerte de al menos seis civiles por la explosión de un camión bomba en Cali, han vuelto a poner en el centro del debate público a la fallida política de paz total del Gobierno de Gustavo Petro. A los dos últimos ataques se suma el asesinato del precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, que falleció dos meses después de que un joven sicario le disparara mientras estaba en un acto de campaña en un parque de una zona residencial de Bogotá. Las masacres y el asesinato de líderes sociales siguen aumentando vertiginosamente. Según la organización Indepaz, en lo que va corrido del año han muerto de forma violenta 103 líderes sociales y se han registrado 50 masacres.