Donald Trump no solo compite por volver a la Casa Blanca y recuperar el poder en las elecciones presidenciales del 5 de noviembre. Es posible que para él esté en juego evitar ir a la cárcel por las decenas de delitos de que le acusa un fiscal especial nombrado por el Departamento de Justicia en dos casos diferentes. Ambos casos parecían en el limbo. El de los papeles clasificados de Mar-a-Lago por la sorprendente decisión de la jueza de archivarlo. El de la interferencia electoral de Washington, por la sentencia sobre inmunidad presidencial del Tribunal Supremo. Los dos han reaparecido esta semana a poco más de dos meses de las elecciones. Junto con la sentencia pendiente del caso de Nueva York y la instrucción del caso de Atlanta, pueden marcar la recta final de la campaña electoral, aunque su impacto es incierto.