Luis Arce (La Paz, 60 años) no parece un presidente al que hace solo tres días intentaron derrocarlo con un golpe de Estado. Luce relajado, viste informal y no oculta su buen humor. Recibe a EL PAÍS en el piso 23 de la Casa Grande del Pueblo, una mole inaugurada por Evo Morales (2006-2019) que sirve de oficina al presidente. Arce dice que ya tiene algunas cosas claras de aquella jornada violenta, cuando el jefe del Ejército, Juan José Zúñiga, intentó irrumpir ayudado por tanquetas en el Palacio Quemado, la sede del Gobierno. Hubo detrás, asegura, “intereses extranjeros” que pretenden apropiarse de las reservas naturales de Bolivia. También habla de Evo Morales, su mentor político, al que acusa de estar “dispuesto a todo” con tal de ser candidato a presidente en 2024 bajo el ala del partido de Gobierno, el Movimiento al Socialismo (MAS).