A sus 58 años, Frank Barker puede decir que le ha ganado la pelea a la ciudad de Nueva York, casi 15 años después de que las autoridades lo retuvieran por orden del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) y permaneciera encarcelado mucho más tiempo del que establecía su fecha de liberación. Llegó con nueve años desde Barbados. Conoció la calle, las drogas y finalmente la cárcel. El día de 2008 en que se suponía que había cumplido su condena, Barker tuvo que pasar un año más en un centro de detención. Ahora, como otros 20.000 migrantes, no puede dejar de sentir satisfacción tras la demanda colectiva que hicieron hace una década y que este miércoles fue resuelta por un juez del Tribunal Supremo del Estado de Nueva York.