La frenética actividad diplomática para buscar soluciones a la crisis poselectoral de Venezuela no se detiene. Los presidentes de Brasil y Colombia discuten este miércoles opciones para una salida negociada. La llamada telefónica entre Luiz Inácio Lula da Silva y Gustavo Petro se decidió después de que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, puso en suspenso la iniciativa de mediación de las tres potencias latinoamericanas gobernadas por la izquierda. López Obrador dijo la víspera que esperará a que se pronuncie el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela antes de hablar con sus homólogos. Los tres gobiernos, que han evitado reconocer la supuesta victoria de Nicolás Maduro sin quemar los puentes con el chavismo, insistieron la semana pasada en un comunicado conjunto en que era “fundamental” que el Consejo Nacional Electoral (CNE) presentara los resultados de las elecciones “desglosados por mesa de votación”. La iniciativa tripartita ha logrado el apoyo de la mayor parte de la comunidad internacional, incluido Estados Unidos, que ha reconocido como ganador al opositor Edmundo González Urrutia.