Tres niños ciudadanos estadounidenses fueron deportados a Honduras con sus madres la semana pasada, incluyendo uno de 4 años que recibía tratamiento para cáncer metastásico, según los abogados de las familias y organizaciones de derechos civiles e inmigración.
En un caso, una madre fue deportada con su hijo de 2 años, mientras que en el otro se trata de otra madre deportada con sus hijos de 4 y 7 años, según informaron la Unión estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) y el Proyecto Nacional de Inmigración (NIP), entre otras organizaciones, en un comunicado de prensa el viernes.
Todas fueron detenidas cuando las mujeres asistían a reuniones rutinarias con funcionarios en Louisiana como parte del Programa de Comparecencia bajo Supervisión Intensiva (ISAP), según sus abogados y registros judiciales.
En conjunto, los defensores de las familias afirman que sus deportaciones de Estados Unidos subrayan la preocupación por la falta de debido proceso en medio de la ofensiva migratoria del Gobierno de Trump.
“Presenciamos en tiempo real una erosión del debido proceso”, declaró Gracie Willis, abogada y coordinadora de respuesta a redadas del Proyecto Nacional de Inmigración, quien representa a la niña de 2 años a través de un amigo de la familia que actúa como peticionario en el caso judicial en curso. “Esto es profundamente preocupante y estos casos son un ejemplo de ello”.
CNN se ha puesto en contacto con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) para obtener comentarios.
CNN informó previamente sobre el caso de la niña de 2 años, identificada en los registros judiciales como V.M.L., quien fue detenida por ICE el martes junto con su madre y su hermana de 11 años mientras “asistía a un control de rutina”, según una petición de emergencia presentada ante un tribunal federal.
El juez declaró que la madre era indocumentada, pero fijó una audiencia para el 16 de mayo sobre la deportación de la niña, señalando que “es ilegal e inconstitucional deportar, detener para deportación o recomendar la deportación de un ciudadano estadounidense”, citando un caso de deportación de 2012.
El segundo caso es similar: la madre fue detenida el jueves tras llevar a sus hijos a un registro de ISAP en Saint Rose, a las afueras de Nueva Orleans, según su abogada, Erin Hebert. A la madre, quien ha vivido en el sur de Louisiana durante más de una década, pero no tenía estatus migratorio legal, se le pidió que llevara a los dos niños y sus pasaportes a la cita, según declaró Hebert a CNN el domingo.
Sin embargo, a su llegada, Hebert declaró que no le permitieron acompañar a la familia a la reunión. Entre 20 y 30 minutos después, le informaron a Hebert que la familia había sido detenida, pero los funcionarios se negaron a decirle adónde los habían llevado.
Más tarde, tras hablar con su cliente, Hebert se enteró de que dos agentes del ICE la estaban esperando en la cita, según declaró a CNN.
Posteriormente, Hebert acudió a la oficina local del ICE en Nueva Orleans, donde, según dijo, presentó una suspensión de deportación que había preparado con antelación a la reunión con su cliente, con la esperanza de que permanecieran en el país. A lo largo del día, contactó repetidamente a la oficina para preguntar dónde se encontraban detenidos, pero afirmó no haber recibido respuesta.
La madrugada del viernes, la familia fue embarcada en un avión, según Hebert, y llevada a Honduras.
“Mis clientes fueron deportados a las 24 horas de su detención, sin tener acceso a mí”, declaró Hebert.
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